La doctora Cristina Petratti, médica especialista en obesidad de la sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), explica que además de los factores físicos, la obesidad afecta también a la salud mental, “como una baja autoestima, depresión, estigma de peso”, lo que a su vez “limitan el deseo y la satisfacción sexual”.
El exceso de grasa provoca una alteración en el endotelio (el revestimiento interno de los vasos sanguíneos) y eso provoca que se reduzca la producción de óxido nítrico, esencial para lograr la erección, explica Petratti.
Además, “el exceso de grasa disminuye los niveles de testosterona y afecta a la calidad del semen, reduciendo la concentración, la motilidad y la morfología espermática”, añade.
Hay otras enfermedades relacionadas con la obesidad, como la diabetes tipo 2, hipertensión o amnea del sueño que también dificultan la erección.
Por estas causas, la obesidad en los varones puede conllevar a un mayor riesgo de:
El exceso de grasa en la mujer altera el eje hipotálamo-hipófisis-ovario (un sistema neuroendocrino que controla la función reproductiva femenina), lo que provoca “ciclos menstruales irregulares, sangrados anómalos y ausencia de ovulación”, señala la especialista.
La combinación de alteraciones hormonales, inflamación y la resistencia a la insulina en mujeres con obesidad afectan a la “respuesta sexual femenina, porque ese estigma, esa insatisfacción corporal, influyen en el deseo y la motivación sexual”, señala la experta.
A esto se agrega un incremento de la anovulación, “que reduce la calidad tanto del ovocito como la implantación embrionaria”.
Comentarios