Las causas más comunes están relacionadas con aspectos psicológicos, como los tabúes o prejuicios en torno a la sexualidad, el desconocimiento de la anatomía femenina, una baja autoestima, experiencias sexuales negativas, traumas previos como abusos o agresiones sexuales, o ansiedad.
Si bien esta enfermedad no es prevenible, la adopción de hábitos saludables, como ejercicio, alimentación equilibrada, actividades mentales como la lectura y escritura manual, ayudan a reducir riesgos y fortalecer la reserva cognitiva.
El informe, basado en un análisis de conversación digital, encuestas y entrevistas a profesionales de Recursos Humanos, refleja que la salud mental se ha consolidado como un eje central para trabajadores y compañías.